Buenos días, esta semana
hemos seleccionado una noticia de un fraude considerado un clásico entre los
fraudes de automóviles. Adquirir un automóvil siniestrado, bien a un particular,
a desguaces o empresas de automoción para después fingir un siniestro y cobrar
la indemnización del vehículo, es un tipo de fraude conocido desde tiempos
pretéritos, si bien es cierto que en los últimos tiempos se ha detectado un
repunte en el número de casos. La primera cuestión que se nos plantea en este
tipo de fraudes es la prevención, para lo cual la verificación previa al
aseguramiento del riesgo se hace fundamental, según se indica en la noticia este
vehículo no fue correctamente verificado antes de su aseguramiento con la
garantía de daños propios o directamente ni fue verificado, lo que supone una
puerta abierta al aseguramiento de todo tipo de riesgos y de siniestros
fraudulentos como en este caso. Una vez superada esta fase solo queda la gestión
pericial y aquí es donde una labor meticulosa, puede suponer la detección del
fraude. Hace unos cuantos años cuando la electrónica todavía no estaba presente
en los automóviles como lo está ahora, era la destreza, la atención y la
experiencia del perito la que a la vista de unos daños se pudieran producir
dudas sobre la no coincidencia de la fecha del siniestro real, una vez analizada
la antigüedad que presenta el aspecto de los daños (óxidos antiguos, suciedad,
falta de líquidos, restos de antigüedad en las roturas de plásticos, cromados
matizados por el tiempo transcurrido, etc.), estos síntomas junto a las dudas
planteadas sobre las circunstancias del siniestro, como puedan ser la ausencia
de lesiones, asistencias, autoridades, testigos, etc. han sido siempre los
métodos habituales en la pericia, los cuales continúan siendo útiles, ahora
bien, desde que la electrónica se ha integrado en el automóvil, podemos contar
con más datos analizables, la consulta por parte del perito de seguros de los
datos pasivos en la autodiagnosis también pueden resultar muy esclarecedores
para determinar la existencia de este tipo de fraudes.
Un saludo.
Josu Martínez.
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Compra coche siniestro y pide 21.000 euros de indemnización
Esta noticia va directa a la lista de engaños que la gente trata de 'colar' a las compañías de seguros. El sujeto en cuestión compró un coche siniestro total y después pidió una indemnización de 21.000 euros. Entre medias, simuló haber sufrido un accidente.
Fuente : Autobild.es
Noelia López
16/05/2016 - 08:00
Esta noticia va directa a la lista de engaños
que la gente trata de 'colar' a las compañías de seguros. El sujeto en
cuestión compró un coche siniestro total y después pidió una indemnización
de 21.000 euros.
Según publica la agencia EFE, el presunto estafador vive en
Asturias. Allí compró un coche declarado siniestro total, lo guardó durante
unos meses y pasado el tiempo que le pareció 'prudente' se puso en contacto con
su compañía aseguradora para contar que había sufrido un accidente.
La noche del supuesto accidente, el conductor llamó a su
servicio de asistencia en carretera, sin parar de hiperventilar, como si
estuviera sufriendo un ataque de ansiedad como consecuencia del siniestro.
Según relató entonces, viajaba por una carretera secundaria
de Asturias, y al tomar una curva el vehículo se había salido de la vía y
había caído por un terraplén, dando varias vueltas de campana.
A los peritos de la compañía les resultó extraño que dado el
estado del coche, que había quedado hecho un amasijo de hierros , el conductor
hubiera quedado ileso y solo tuviera un rasguño en la mano. Además, el pretensor
del cinturón de seguridad no se había activado, la ventanilla del
conductor estaba bajada y la zona era de tan difícil acceso que el vehículo no
pudo ser rescatado por la grúa hasta la mañana después de que sucediera el
accidente.
En su declaración, el conductor aseguró que, cuando se
produjo el accidente, se desplazaba a un pueblo cercano para ver a una supuesta
amante y que había decidido viajar por la vía secundaria para evitar pagar el
peaje en la autovía.
Avanzada la investigación, los peritos comprobaron que la
factura que había presentado el conductor para demostrar que había comprado el
coche por 21.000 euros era falsa. En realidad, había pagado 2.400 por un coche
destrozado.
El mismo vehículo había sido declarado meses antes siniestro
total tras un grave accidente, y 19 días después del siniestro fue
adquirido por el asegurado.
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