Buenos días, en ocasiones
selecciono una noticia ubicada lejos de nuestro territorio, con la intención de
observar como se percibe y que se hace en otros países en la Lucha Contra el
Fraude al seguro. Hoy os presento una noticia del año 2010 emitida por
Univisión, medio de comunicación estadounidense, líder entre los habitantes de
habla hispana en este país. En el artículo en general podemos apreciar como los
problemas que relata la noticia no difieren mucho de los que sufrimos en España
en la actualidad, aunque existen detalles que resaltan sobre otros, como el
abrumador 80% de fraudes tipificados en el ramo de automóviles o la irrupción de
tramas organizadas en 2010 cuando en España en aquella época aún eran casos muy
aislados. Observamos como informa la noticia de la creación de departamentos
especializados en la investigación y detección del fraude, formados por
profesionales altamente cualificados como peritos, médicos, técnicos RAT y
detectives privados.
También llama la atención cuando comenta el fraude
al ramo de salud, con tramas especializadas, desde las falsas víctimas hasta los
centros de salud que diagnostican falsas lesiones y facultativos médicos que
prescriben larguísimos tratamientos, pasando por la colaboración de abogados que
conocen los resquicios legales para beneficiar a los estafadores. Nos suena este
gran negocio, verdad?.
Tenemos en la noticia las formas habituales de
iniciar estos fraudes como colocarse con el vehículo en un stop, ceda el paso o
rotondas y frenar sin motivo bruscamente con intención de provocar un siniestro
por alcance de baja intensidad con resultado de falsas lesiones.
En cuanto a los indicios de fraude
también coinciden con los que en el sector asegurador español figuran entre las
principales alarmas. En definitiva en general todo se le parece, es casi un
calco el fraude al seguro en EEUU en 2010 con el existente en España en 2016.
Pero hay una gran diferencia y no es difícil encontrarla porque destaca y llama
la atención frente al resto de la información:
En Florida, la
legislatura estatal aprobó nuevas leyes más estrictas y con consecuencias más
severas para las personas que participen en fraudes contra las compañías de
seguros de auto y dependiendo del caso, las sanciones pueden ir desde multas en
efectivo hasta sentencias de cárcel.
Si el resto del artículo ha resultado cumplirse en
España en pocos años, la pregunta es, por qué en aspectos legislativos en España
no se ha producido avance alguno? Quizás es que en EEUU hay más concienciación
política del problema e incluso en la propia judicatura estadounidense hay más
sensibilización hacia este tipo de delitos de lo que existe en la judicatura
española.
Este tipo de noticias resultan muy interesantes
porque cuando las lees contextualizadas en la época en que se publicaron son
como realizar un viaje al futuro, lo que pasa en EEUU en relación con el fraude
al seguro, llega a España a los 5 ó 6 años. Si te parece revisamos próximamente
que está ocurriendo en estos momentos en EEUU para preveer que pasará en España
en los próximos años.
Un saludo.
Josu Martínez.
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EL FRAUDE EN LOS SEGUROS
A las estafas cometidas por sus propios asegurados se le han
unido auténticas redes organizadas de estafadores.
Fuente : Univision
Los más comunes
Las aseguradoras de automóviles tienen un problema mucho más
serio que los accidentes, los
robos o
los
incendios:
el fraude.
A las pequeñas estafas cometidas por sus propios asegurados,
práctica habitual desde el nacimiento del sector, se le han unido auténticas
redes organizadas de estafadores.
Encuentra
tu auto perfecto Son verdaderos profesionales del fraude, perfectamente
preparados con todos los detalles del funcionamiento de las compañías
aseguradoras, la ley y la forma más eficaz de obtener un suculento botín en
cada caso. Las cifras son elocuentes. De cada 100 fraudes sufridos por las
compañías aseguradoras, 80 pertenecen al sector automovilístico. Esta
aplastante realidad ha obligado a las compañías aseguradoras de automóviles a
la creación de departamentos especializados en la investigación y detención del
fraude.
Estas secciones antifraude están formadas por todo tipo de
profesiones altamente calificados: peritos, médicos, técnicos en reconstrucción
de accidentes y detectives privados, cuyo cometido es desenmascarar la sinuosas
tretas del estafador.
A pesar del desembolso económico que ha supuesto la creación
de estos departamentos tan especializados, los resultados han sido muy
satisfactorios, aunque no definitivos.
La inversión realizada por las aseguradoras se ha recuperado
ampliamente por la cuantía y el volumen de fraude detectado, pero ha puesto de
manifiesto la incapacidad de las empresas aseguradoras por determinar, en
valores reales, el grado de fraude que soporta el sector.
He aquí algunos de los fraudes que suelen hacerse a las
compañías aseguradores de autos.
· Falsear datos del conductor del vehículo asegurado en el momento del
accidente para reclamar una posible indemnización o evitar recargos.
· Contratar una póliza después de ocurrido el accidente.
· Ponerse de acuerdo entre los conductores implicados para facilitar una
versión que beneficie a ambos.
· Simulación de lesiones después de sufrir un accidente o simular un
accidente para reclamar lesiones previas al mismo.
El dinero de las lesiones
Las indemnizaciones por lesiones pueden ser tan cuantiosas,
que existen redes organizadas cuya motivación es el cobro fraudulento.
Estas redes disponen de una amplia trama de profesionales de
la estafa que hacen muy difícil su detención.
Desde la presunta victima, que provoca y simula el
accidente, pasando por hospitales y clínicas que diagnostican lesiones
inexistentes, o por médicos s que tratan y prescriben larguísimos tratamientos,
sin olvidar a los abogados que conocen todos los resquicios de la ley para
favorecer sus fraudulentos intereses.
La importancia del fraude en el mundo del automóvil es tal,
que en Estados Unidos, los accidentes no sólo se simulan sino que también se
provocan empleando una táctica infalible: un vehículo se coloca delante de otro
vehículo y, posteriormente, frena de forma brusca hasta conseguir que el
automóvil objetivo de la trampa no pueda evitar la colisión por alcance
trasero.
Aunque el accidente sea de poca intensidad y a velocidad
reducida, los ocupantes del coche que provoca el accidente, fingirán dolores,
conseguirán certificados médicos que certifiquen lesiones consecuencia del
golpe, los abogados denunciarán y la aseguradora del vehículo culpable tendrá
que pagar las indemnizaciones correspondientes.
Por último, los médicos, los abogados y los lesionados
se repartirán el botín.
Es importante destacar que el fraude no sólo afecta a las
compañías, sino también a los asegurados. Ya que los costes asumidos por las
entidades aseguradoras repercuten, tarde o temprano, en el incremento de las
primas que todos los automovilistas pagan por el seguro de su vehículo.
Las aseguradoras también tienen materiales para educar a sus
clientes a través de sus agentes y asociados sobre personal inescrupuloso que
les pueden contactar después de un accidente para "ofrecerles ayuda",
pero con el fin de usarlos para cometer fraude con su póliza de seguro.
En Florida, la legislatura estatal aprobó nuevas leyes más
estrictas y con consecuencias más severas para las personas que participen en
fraudes contra las compañías de seguros de auto y dependiendo del caso, las
sanciones pueden ir desde multas en efectivo hasta sentencias de cárcel.
El perfil del estafador
Aunque es muy difícil confeccionar un esquema definido sobre
los estafadores y en muchos casos existen tantos perfiles como fraudes, las
compañías aseguradoras han determinado las conductas sospechosas que nos
pueden llevar a desenmascarar un fraude.
Las más destacadas son la situación económica del asegurado
y la ampliación o contratación de coberturas en fechas próximas al siniestro.
También es un indicio a tener en cuenta cuando sólo uno de
los vehículos sufre daños muy elevados o la aparición de restos extraños en el
lugar del accidente.
Otro dato relevante son las circunstancias personales de los
implicados, de gran importancia a la hora de iniciar una investigación, como es
el caso de la similitud de apellidos de los involucrados en el siniestro, y si
son compañeros de trabajo o vecinos.
A pesar de los esfuerzos de las compañías aseguradoras, sólo
se detecta 20% de los siniestros sospechosos de encubrir un fraude. El resto
queda impune ante la falta de pruebas contundentes para poder rehusar el pago de
la indemnización.
Aunque en muchos casos, ante la posibilidad real de ser
descubierto, el defraudador renuncia a la indemnización.