Buenos días, el uso del big data en el sector asegurador,
concretamente en la detección del fraude supone un evidente avance, las cifras
que arrojan los estudios sobre la utilización de aplicaciones informáticas
destinadas a detectar indicios de fraude son muy importantes. Pero también lo
es el intercambio de información mediante la creación de ficheros destinados a
la prevención del fraude, la LOPD, permitió este tipo de ficheros. Actualmente,
en el ámbito nacional, se encuentra en tramitación el Proyecto de Ley Orgánica
de Protección de Datos de Carácter Personal, destinado a sustituir a la Ley
15/1999, de 13 de diciembre (LOPD). La nueva norma incorpora en multitud de
aspectos, las directrices marcadas por el RGPD, y contiene además en su
artículo 34, una detallada especificación de los casos en los que será
preceptiva la designación de un DPO. Los supuestos destacados por el precepto
mencionado, serían esencialmente:
12.- Las entidades responsables de ficheros comunes para la
evaluación de la solvencia patrimonial y crédito o de los ficheros comunes para
la gestión y prevención del fraude.
Un saludo.
Josu Martínez
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Más del 60% de las aseguradoras usa ‘software’ para la detección automatizada de fraudes
Solo en Estados Unidos, las compañías de seguros perdieron
más de 29.675,2 millones de euros en 2017 por reclamaciones fraudulentas. El
análisis del big data y la colaboración a gran escala resultan clave para
combatir el fraude en el sector asegurador, según destaca el ‘Informe de fraude
de seguros 2018: los distribuidores priorizan la detección y prevención del
fraude’, elaborado por FRISS, firma de software para la prevención de fraudes
en aseguradoras de No Vida. Para elaborar sus conclusiones se han tenido en
cuenta las respuestas de más de 150 profesionales de la industria.
Una de dichas conclusiones es que la calidad de los datos es
cada vez más importante. El 45% de las aseguradoras señala que existe un
desafío en relación con la calidad de los datos de fraude recopilados; en 2016,
solo el 30% de ellas lo veía como un desafío importante. Las principales
razones observadas fueron que había muy poca información disponible y/o que la
información de mala calidad interrumpió el proceso de análisis eficaz y fiable.
Vinculada a esta cuestión aparece la del intercambio de
información entre las aseguradoras. Los clientes actuales son más propensos a
solicitar cotizaciones y comprar seguros online, y muchas entidades lo
potencian activamente. “Centrarse en las interacciones online hace que sea más
importante para los distribuidores tener acceso inmediato a datos de calidad
para tomar decisiones inteligentes sobre a quién asegurar. El problema es que
la mayoría de esos distribuidores no
tiene acceso a suficientes datos”, señala el informe.
Sin embargo, el intercambio de información puede ser muy
valioso para todas las empresas implicadas en la cadena de distribución de los
seguros. “Hace años, esto era virtualmente imposible. Antes se pensaba que el
intercambio de datos era malo para la competencia, sin embargo, un tercio de
las aseguradoras encuestadas ahora creen que es una herramienta importante para
combatir el fraude”, prosigue el informe que sobre esta cuestión advierte: “Si
bien los conjuntos de datos sobre fraude
son activos increíblemente útiles para las aseguradoras, las compañías deben
asegurarse de que cumplan con los requisitos. Muchas compañías dicen que esto
es un desafío, especialmente con la introducción del Reglamento General Europeo
de Protección de Datos (GDPR, por sus siglas en inglés)”.
Mantener los sistemas actualizados
La tercera tendencia tiene que ver con la detección
automatizada del fraude. “Hoy en día, más del 60% de las aseguradoras utilizan
un software automatizado de detección de fraudes para permitir la detección de
fraudes en tiempo real. Aquellas que lo hacen tienen índices de pérdidas más
bajos, carteras más sanas e investigaciones de reclamaciones más eficientes”,
señala Friss.
A este respecto, el 86% de las aseguradoras cree que sus
sistemas actuales están actualizados, pero más de la mitad confiesa que tiene
dificultades para mantener su software al día. Además, el 43% dijo tener
dificultades con la integración de datos y verse afectado por demasiados falsos
positivos, lo que lleva a retrasos en el proceso de reclamaciones.