viernes, 23 de febrero de 2018

Semana 8

Buenos días, la pasada semana comentábamos que en contra de una opinión muy extendida, España no es el país más fraudulento de la CE. Muy al contrario, podemos afirmar que estaríamos en la cola del fraude en Europa, otros países con una larga trayectoria aseguradora como Reino Unido, Italia o Francia sufren este problema de forma más severa. El análisis de los motivos sería muy interesante y digno de abordarse en futuro. Otro dato muy a tener en cuenta es el descenso en el porcentaje de conductores que justifican a aquellos que comenten fraude al seguro, bajando del 35% en 2016 al 26% en 2017 y esto sin campañas específicas por parte de las aseguradoras y su patronal, lo cual da que pensar que probablemente se deba a cierto hartazgo social sobre los engaños y estafas en general.

Un saludo.

Josu Martínez.

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No somos los más tramposos

Un estudio señala que en España el porcentaje de intentos de engañar a las aseguradoras es menor que en el Reino Unido, Francia e Italia

Fuente : Tiempo Seguro redacción

Un reciente estudio revela que los conductores españoles son más honestos que los de Reino Unido, Italia y Francia. Según una encuesta realizada por Línea Directa, el 2,9% de los conductores consultados admitió haber intentado estafar en alguna ocasión a su aseguradora. Esto significa un descenso de un punto porcentual respecto a 2016, cuando un 3,9% confesaron haber intentado el fraude. Pero lo que más llama la atención es que este porcentaje es menor que en los principales países europeos, ya que el porcentaje de asegurados que intentan engañar es del 4,3% en el Reino Unido, del 4% en Italia y del 3,9% en Francia. Otro dato esperanzador es que desciende el porcentaje de apoyo al fraude: en 2016 un 35% justificaba a aquellos que intentan hacer trampas ante la compañía. En 2017 la cifra desciende hasta el 26%.

viernes, 16 de febrero de 2018

Semana 7

Buenos días, en lo que llevamos de año ha sido habitual que publiquemos noticias relacionadas con el fraude profesional, especialmente el realizado por bandas organizadas. Esta semana seleccionamos una vez más una noticia que hace referencia al fraude profesional más habitual en los últimos tiempos y que lamentablemente se encuentra lejos de ser solucionado, nos referimos a los siniestros provocados o en otros casos simulados para estafar a las aseguradoras mediante reclamaciones de daños materiales y muy especialmente por daños corporales. La noticia de hoy hace mención a la existencia de bandas organizadas que utilizan las rotondas como lugar ideal para cometer sus fraudes mediante siniestros provocados. Son especialistas en aprovechar los descuidos en la preferencia de paso de otros conductores y de la falta de conocimiento de la manera correcta de circular en rotondas de otros conductores. Los rotonderos como se les denomina en la noticia también fingen siniestros de tráfico utilizando vehículos siniestrados con anterioridad. Los sistemas big data, la experiencia y conocimientos de los gestores de las aseguradoras, con ayuda de los peritos de seguros, son la fórmula más eficaz en la lucha contra este tipo de fraudes. Aunque existen factores que no favorecen su detección y erradicación, como la comprensión y justificación de muchos conductores con este tipo de práctica, que en algunos estudios cifran hasta en un 20% de personas. Como veremos en próximas semanas, el problema del fraude en Europa no es menor que en España, las cifras que publicaremos así lo demostrarán. Otro factor que no resulta favorable en la lucha contra el fraude es precisamente al que nos referíamos la semana pasada, cuando mencionábamos la falta sentencias condenatorias y cuando ocurren, la falta de contundencia. La noticia publicada hoy hace también referencia a ello cuando afirma que ninguno de los jueces que dicta sentencias condenatorias considera que sean casos de organización criminal. Parece que este hecho junto a la escaso volumen de denuncias de las aseguradoras hace que para las bandas organizadas sea un negocio lucrativo y seguro, razón por la que en muchos casos se trate de bandas dedicadas a otro tipo de actos delictivos, que en los últimos años se ha ido pasando a la estafa a aseguradoras.

Un saludo.

Josu Martínez.

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Las mafias de las rotondas: embestir coches de ancianos y cobrar el seguro

El fraude más común entre las bandas mafiosas dedicadas a la estafa de las compañías aseguradoras ha sido el de los 'rotonderos'. Se han estafado más de 830 millones de euros

Fuente : El Confidencial

En España hay 400 'mafias' que se dedican a amañar accidentes de tráfico para cobrar de manera fraudulenta el seguro. Cada una está compuesta por una decena de personas con sus propios cabecillas, ya que generalmente se trata de clanes familiares. Se dedican, además de a otras actividades ilícitas, al “fraude carrusel”, que consiste en estafar a distintas compañías. De cada 100 siniestros de los que se da parte, seis son falsos. Una realidad que supone más de 830 millones de euros. El perfil de esta clase de delincuente es el de un varón entre 18 y 24 años parado o con un trabajo muy precario.

En el último año han proliferado los 'rotonderos'. Lo que hacen es meterse en el tráfico circular por el carril exterior cuando ya se ha observado que alguien está dentro y forzar la colisión. La preferencia en estos espacios es de quien va por fuera y en teoría hay que trazar la rotonda de ese modo, aunque cualquier conductor sabe que nadie procede de esa manera. Después, si se consigue fingir algún daño corporal, mejor. “Son más aficionados que antes y muchas veces tienen dificultades económicas en ese momento. El 70% de los casos se destapa gracias a los detectives de los seguros”, asegura el criminólogo J.A.C.. La mayoría de las veces eligen a una víctima dubitativa, en muchas ocasiones de edad avanzada.

Cuando veían la oportunidad, aceleraban y conseguían un choque controlado en el que el responsable era la víctima.

Las familias granadinas dedicadas a este asunto afectaron a más de 40 vehículos a lo largo de casi todo un año. Siempre se repetían los mismos implicados. Las indemnizaciones que cobraron sumaron más de 300.000 euros. Sus víctimas eran personas mayores o temerosas que iban despacio por la rotonda. Cuando veían la oportunidad aceleraban y conseguían un choque controlado del que el responsable era la víctima. El truco era evitar a los agentes locales y firmar un parte amistoso que, una vez elevado a la compañía, incluía daños físicos personales. Pero fueron precisamente esos agentes que trataban de evitar los que sospecharon de tanta regularidad. Además, los implicados, vecinos de Fuente Vaqueros, también tenían otros asuntos pendientes con la Justicia. La policía local de Granada ya ha avisado de que mantiene un dispositivo especial para controlar este tipo de actos.

Todos familiares

El mismo método siguió, este mismo año, otra banda en Vigo. Un total de 11 personas han acabado en el banquillo, todas ellas familia, con una petición fiscal de 23 años de cárcel. Cuando declararon en el juicio, varias de las acusadas sufrieron un repentino ataque de amnesia: “No recordamos nada”. En esa misma ciudad, otros siete acusados fueron condenados a penas leves por hacer el mismo truco. En este caso simulaban las lesiones hasta que obtenían el parte médico. En una de las ocasiones, percibieron una indemnización de 1.500 euros por supuestos daños en un brazo que nunca se habían producido. La mayor pena impuesta a este grupo fue al conductor, a quien se le impuso un castigo de dos años de prisión.

Pero los 'rotonderos' no son los únicos estafadores. También se han demostrado fraudes masivos en talleres o incluso simulando atropellos a peatones. Esta última trama se desarrolló en Sevilla y hubo al menos 20 siniestros con ese 'modus operandi'. El estafador a veces hacía de conductor y otras de viandante arrollado.

El 20% de todas las personas encuestadas justificaron estos timos e incluso manifestaron que los pondrían en práctica.

En el estudio que ha elaborado Línea Directa uno de los datos más llamativos y preocupantes es que el 20% de todas las personas encuestadas justificaron estos timos e incluso manifestaron que los pondrían en práctica si supieran que no les iban a sorprender. Las personas ligadas a estas bandas organizadas para estafar a los seguros suelen estar vinculadas a otro tipo de delitos y son peligrosas y violentas. No solo simulan los siniestros, sino que muchas veces los provocan, teniendo que contar con el riesgo de implicar a personas inocentes en los mismos.

Aunque ninguno de los jueces que han tratado estos temas ha calificado a las bandas de 'organización criminal', técnicamente se arriesgan a ser encuadrados en esa tipología, puesto que se trata de “más de dos personas que de manera coordinada se reparten diversas funciones con el fin de cometer delitos”.


viernes, 9 de febrero de 2018

Semana 6

Buenos días, una vez más las estafas cometidas a diferentes aseguradoras por una banda organizada ha sido noticia esta semana. Provocaban siniestros de tráfico y no tenían reparo en hacerlo en ocasiones con menores como ocupantes de los vehículos, los condenados reclamaban daños materiales y personales en los fraudes demostrados. En esta ocasión las aseguradoras estafadas se personaron en los juicios, aspecto necesario para que se juzgue a los acusados. Pero en la noticia y sobre todo en la condena, se echa en falta que se llame a las cosas por su nombre; si unas personas se ponen de acuerdo y de forma organizada comenten repetidamente un delito de estafa e incluso contra la seguridad vial, tiene un nombre muy claro: organización criminal. Será que las penas en caso de ser considerada organización criminal son muy superiores?
Una vez más la labor del perito de seguros ha sido determinante en la detección del fraude.

Un saludo.

Josu Martínez.

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Un clan de Nazaret causaba accidentes con niños dentro de los coches para estafar al seguro

La Audiencia de Valencia condena a tres años de prisión al cabecilla del grupo y a su mujer por provocar 12 siniestros y cobrar indemnizaciones

Fuente : JAVIER MARTÍNEZ VALENCIA



Una ardua investigación de la Policía Local de Valencia ha posibilitado el procesamiento y la condena de un grupo de personas que causaban accidentes de tráfico, hasta con niños de corta edad dentro de los coches, para estafar a compañías de seguros. Las sospechas de un perito que inspeccionó varios de los vehículos siniestrados y los continuos choques de un Citroën C4, que siempre conducía el mismo individuo, pusieron al descubierto los hechos delictivos cometidos entre los años 2010 y 2014.

La Sección Quinta de la Audiencia Provincial de Valencia ha condenado a 11 miembros de este clan de Nazaret, todos ellos de etnia gitana, a penas que oscilan entre seis meses y tres años de prisión por provocar hasta 12 accidentes de tráfico en las calles de Valencia y fingir también lesiones para estafar a cuatro compañías de seguros.

Los individuos procesados cobraron las indemnizaciones y luego entregaron parte del dinero al cabecilla del grupo y su esposa, J.J. R. T. y D. M. M., que aceptaron una pena de tres años y nueve meses de prisión por un delito continuado de estafa y otro de estafa procesal.

Los condenados tendrán que devolver los 36.600 euros que estafaron a las compañías de seguros El cabecilla del grupo se quedaba con parte de las indemnizaciones que cobraban los procesados

Además, las once personas condenadas deberán pagar las costas procesales y tendrán que devolver los 36.600 euros que cobraron por las indemnizaciones de los seguros, según la sentencia de conformidad dictada por el tribunal. Las cuatro compañías afectadas por las estafas, Línea Directa, Axa, Mapfre y Allianz, se personaron en la causa como acusación particular.

El primero de los siniestros intencionados tuvo lugar el 5 de abril de 2010, cuando el Citroën C4 que conducía J.J.R. colisionó contra un Renault Mégane. El estafador provocó el accidente en Valencia, con su mujer y sus tres hijos menores dentro del vehículo, para luego reclamar una indemnización de 7.800 euros al conductor del otro coche.

En el juicio, J.J.R. declaró que él y los tres niños habían sufrido lesiones y el hombre que iba al volante del Renault Mégane fue condenado por una falta de imprudencia.

El cabecilla del grupo también cambió de carril de forma brusca en la avenida de Baleares y frenó en tres rotondas en La Punta y el camino de las Moreras para provocar otros accidentes, según la investigación que realizó un inspector y un agente de la Séptima Unidad de la Policía Local de Valencia.

La hija de cinco años del estafador viajaba en el Citroën C4 cuando causó uno de estos siniestros. También simuló haber atropellado a A.P.G., una de las tres personas condenadas a un año y nueve meses de prisión. En otra ocasión, J.J.R. reclamó dinero por falsas lesiones a dos compañías diferentes.

viernes, 2 de febrero de 2018

Semana 5

Buenos días, no se trata de una noticia como las que normalmente comentamos en este espacio, pero es un caso que se repite en muchas ocasiones, tratándose de una disparidad de versiones en las que la responsabilidad del siniestro no queda clara, a pesar de existir un atestado de la Guardia Civil de Tráfico. En este caso existe un aspecto que tiene similitud con la verificación de un siniestro con indicio de fraude, se trata de dejar de manifiesto la importancia de una correcta verificación de los vehículos implicados en un siniestro. Un pequeño detalle como una ligera transferencia de pintura de un vehículo en el otro, puede ser una prueba de la existencia de un impacto. Los departamentos de investigación de accidentes de tráfico de las diferentes policías del Estado están muy preparadas, al contar con personal altamente cualificado y con modernos medios técnicos. Existen peritos de seguros también muy preparados para la realización de Reconstrucciones de Accidentes de Tráfico que en ocasiones pueden aportar datos y conclusiones que pueden servir de utilidad a estos departamentos de policía, así mismo los peritos de seguros de automóviles son expertos en siniestros de tráfico, dominando no solo la reparabilidad de los vehículos, sino las circunstancias que concurren en cada siniestro, acostumbrados a verificar vehículos implicados en los siniestros y a determinar sobre las causas y circunstancias de estos, por lo que también pueden aportar en muchas ocasiones datos técnicos que pueden servir de ayuda a juzgados y policías. Desde este espacio defendemos la conveniencia que peritos de seguros de automóviles colaboren con policías y juzgados en la resolución de siniestros.

Un saludo.
Josu Martínez.

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Batalla Científica por un Accidente

Enfrentamiento entre peritos por la implicación de un conductor en la muerte de un motorista en Inca.
La fiscalía pide dos años de cárcel para un hombre por supuestamente saltarse un stop y provocar un siniestro mortal, contra el criterio de la Guardia Civil de Tráfico. Pequeñas marcas de pintura analizadas en laboratorio y complejos cálculos físicos y matemáticos para determinar las velocidades centran el juicio.


Fuente: Marcos ollés palma 30.01.2018


El juicio por la implicación de un conductor en la muerte de un motorista acabó ayer convertido en un debate científico. Unas manchas de pintura analizadas en laboratorio y los cálculos físicos y matemáticos para determinar las velocidades enfrentaron a los peritos de la fiscalía y la acusación particular con el de la defensa. Unos sostienen que el acusado se saltó un stop y provocó la caída de la víctima tras un leve roce; el otro, como la Guardia Civil de Tráfico, que el motorista iba demasiado rápido y sufrió una caída casual. La fiscalía avala la tesis del homicidio imprudente y pide una pena de dos años de cárcel y otros tantos de retirada del carné para el conductor del coche.

El siniestro se produjo hacia las nueve y cuarto de la noche del 7 de marzo de 2013, en el kilómetro 2,4 de la carretera que une Inca y Llubí. G.P., de 34 años, iba a los mandos de una potente Triumph 675 cuando perdió el control de la motocicleta, cayó al suelo y se estrelló en una curva contra una valla de seguridad y un muro. Murió casi en el acto.

Es lo poco en lo que coinciden las partes. El acusado ratificó ayer su versión: circulaba con su coche, un Renault 4 de 30 años, cuando el motorista le adelantó a gran velocidad -unos 160 por hora– y, al llegar a la curva sufrió una caída. Con una rápida maniobra, logró no pasarle por encima y se detuvo para alertar a los servicios de emergencias. El hombre negó haberse saltado una señal de stop al salir de un camino. En ningún momento colisionó con el motorista, según afirmó.

La Guardia Civil de Tráfico llegó a la misma conclusión cuando investigó el siniestro. Entonces no existía ninguna sospecha sobre el conductor del coche, aparentemente un mero testigo que no fue sometido a la prueba de alcoholemia. Siete agentes se mostraron ayer convencidos de que no hubo otros vehículos implicados en el accidente. "El motorista iba a una velocidad inadecuada. No trazó bien la curva y se salió. Esa moto, que tenía la quinta marcha puesta, puede alcanzar los 210 kilómetros por hora. Si hubiera chocado con el coche no habría podido mantener el control", aseguraron los guardias durante el juicio.

La investigación dio un giro al descubrirse, meses después, unas manchas de pintura roja en una de las ruedas de la moto. El vehículo ya no estaba entonces bajo custodia judicial. El Laboratorio de Criminalística de la Guardia Civil tomó unas muestras para compararlas con las del Renault 4, encontrando además un impacto ya reparado en la carrocería. Unas pruebas que los agentes de Tráfico no habían considerado relevantes, como ellos mismos admitieron ayer. Los técnicos de Criminalística y un equipo de peritos externos llevaron a cabo pruebas de laboratorio y llegaron a la misma conclusión. La pintura de la moto tenía "la misma naturaleza química" que la de la parte inferior del coche.

La fiscalía, la acusación particular y la defensa encargaron entonces sendos informes periciales, cuyos autores debatieron en el juicio sus conclusiones enfrentadas. Quienes apuntan a la implicación del conductor del conductor del coche consideran "físicamente imposible" la tesis de la Guardia Civil de Tráfico. Estos especialistas, basándose en complejos cálculos físicos y matemáticos, sostiene que el motorista iba a entre 55 y 72 kilómetros por hora. "Si hubiera ido a 160, habría salido despedido cientos de metros", dijo uno de los expertos.

Ambos sostienen que el conductor del Renault 4 se incorporó a la carretera sin mirar a su derecha, provocando un "contacto mínimo" –de ahí la transferencia de pintura entre vehículos– con el motorista y haciéndole perder el control.

El especialista contratado por la defensa, por su parte, rechaza estas conclusiones. Según su estudio, la moto iba a 111 kilómetros por hora y no hubo ninguna colisión antes de la caída. La pintura, según este perito, pudo acabar en la rueda de moto cuando el coche la rozó al pasar junto al lugar donde cayó el motorista.