El coche de las 55 pólizas en tres años y
medio
No
aparecerá en la próxima edición del ‘Libro Guinness
de los Récords’ pero lo de J. E. E. y su Citroën merecería un lugar
privilegiado. Entre agosto de 2010 y diciembre de 2013, el Xsara Picasso de este
hombre ha estado asegurado, sin desembolsar un solo euro o abonando cantidades
mínimas. En total, 55 pólizas contratadas con 25 compañías distintas.
Durante este tiempo, J.E.E. ha figurado, indistintamente, como propietario, tomador o asegurado, en las diferentes pólizas. Estos cambios habrían dificultado el control del fraude, que le habría permitido repetir en varias compañías (¡hasta siete veces en una de las líderes del ramo!).
Fuentes de una de las aseguradoras que le han tenido como ‘cliente’ explican su ‘modus operandi’: suscripción del seguro (con pago de prima mensual, trimestral o semestral) y devolución del recibo, aprovechando el plazo legal estipulado para los adeudos bancarios. Por ello, el alta y baja del seguro, en la mayoría de los casos, consta en la base de datos como producida en la misma jornada.
Todo parece indicar que estaríamos ante la punta de un iceberg, una red de fraude organizado que giraría en torno a una familia, cuyos miembros y allegados figurarían en los diferentes siniestros como beneficiados. “Nosotros estamos estudiando cómo actuar legalmente. Al menos, queremos recuperar la indemnización”, concluye el responsable de detección del fraude. Quizás, con una acción coordinada de todas las aseguradoras implicadas, podrían conocerse las verdaderas dimensiones de este supuesto delito.
Un último dato de esta rocambolesca historia: el turismo aparece en el registro de bienes muebles como embargado.
Durante este tiempo, J.E.E. ha figurado, indistintamente, como propietario, tomador o asegurado, en las diferentes pólizas. Estos cambios habrían dificultado el control del fraude, que le habría permitido repetir en varias compañías (¡hasta siete veces en una de las líderes del ramo!).
Fuentes de una de las aseguradoras que le han tenido como ‘cliente’ explican su ‘modus operandi’: suscripción del seguro (con pago de prima mensual, trimestral o semestral) y devolución del recibo, aprovechando el plazo legal estipulado para los adeudos bancarios. Por ello, el alta y baja del seguro, en la mayoría de los casos, consta en la base de datos como producida en la misma jornada.
Cobro de
indemnizaciones
Además, en
el periodo desde que se contrata el seguro hasta que se devuelve el recibo,
J.E.E. aprovechaba para declarar siniestros. En buena parte de los casos eran
daños materiales a otros vehículos, para lo que habría llegado a presentar
facturas de talleres mecánicos supuestamente inexistentes. En otros, se han
declarado daños personales. “En una de las ocasiones atropelló a una persona
que, ‘curiosamente’, es el tomador de una de las pólizas previamente
contratadas para ese mismo vehículo”, confirma al BDS uno de los responsables de lucha
contra el fraude afectados por este ‘hiperasegurado’. “Y lo tiene muy asumido.
Cuando nosotros le llamamos para decirle que no solo no le íbamos a cubrir el
siniestro sino que íbamos a dar de baja el seguro, prácticamente ni rechistó.
Dijo que lo hablaría con su abogado. Le dijimos que lo hiciera y así llevaríamos
al juez su historial. Y no supimos más de él”, confirma esta misma
fuente.Todo parece indicar que estaríamos ante la punta de un iceberg, una red de fraude organizado que giraría en torno a una familia, cuyos miembros y allegados figurarían en los diferentes siniestros como beneficiados. “Nosotros estamos estudiando cómo actuar legalmente. Al menos, queremos recuperar la indemnización”, concluye el responsable de detección del fraude. Quizás, con una acción coordinada de todas las aseguradoras implicadas, podrían conocerse las verdaderas dimensiones de este supuesto delito.
Un último dato de esta rocambolesca historia: el turismo aparece en el registro de bienes muebles como embargado.