viernes, 4 de mayo de 2018

Semana 18


Buenos días, entre los fraudes que más impresionan se encuentran las autolesiones para cobrar del seguro. Sin entrar a fondo para valorar este tipo de fraudes, me limitaré a utilizar este tipo de casos como ejemplo de la seguridad que tienen los defraudadores que la estafa al seguro les va a salir bien. La realidad es que en muchos casos no solo no sirve para obtener su objetivo, sino que además son condenados en los tribunales, como en el segundo caso hoy publicado, en el que el autor es condenado a 3 años y medio de cárcel.

Un saludo
Josu Martínez.

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Amputados para cobrar el seguro

Un incongruente atraco tras contratar cinco pólizas, entre los 16.000 engaños detectados por aseguradoras en la Comunitat. La región valenciana es la cuarta de España con mayor invención de robos o accidentes para recibir coberturas de las compañías


Fuente : JUAN ANTONIO MARRAHÍ

 Un sangriento incidente con lesiones en Venezuela

El protagonista es un hijo de españoles nacido en Venezuela, donde se crió y formó una familia. En 2005, decidió venir a España para iniciar una nueva vida en Castellón. Empezó a trabajar como fontanero e instalador de aparatos de aire acondicionado hasta que, en 2009, perdió su empleo.

En este contexto decidió hacer una visita a su país de origen con su mujer. Previamente contrató cinco seguros de vida y accidentes con capitales asegurados muy elevados. Su mujer sólo suscribió un seguro de accidentes con una suma asegurada de 30.000 euros para ese mismo desplazamiento.

En febrero de 2009, el matrimonio aterrizó en Venezuela. Tras varias semanas en el país, el asegurado dijo ser atracado mientras conducía un coche. Dos individuos trataron de robarle 7.000 bolívares a punta de pistola. Según su versión, en el forcejeo con los asaltantes, el arma que llevaba se disparó y le causó la amputación de varios dedos y parte de las palmas de las manos. Las lesiones constituyeron una incapacidad permanente total.

Tras la reclamación, las aseguradoras implicadas, Axa y Generali, empezaron indagar. Descubrieron que no había documentación acreditativa de lo sucedido, a pesar de la gravedad. Un perito médico determinó que las lesiones eran incompatibles con los hechos narrados. Si, como dijo, tenía sujeta el arma con las dos manos en ese supuesto forcejeo la bala no podía haber impactado en ninguna de ellas. De hecho, considera la patronal del seguro, «parece un milagro que no resultara herido en otras partes del cuerpo».

Uno de cada seis intentos de engaño al seguro es por daños exagerados o anteriores en vehículos
El lugar también despertó sospechas. Varios detalles no casaban. Para colmo, el asegurado declaró haber conducido 16 kilómetros con las manos heridas hasta un hospital. Esto llamó la atención de los investigadores, «no sólo por la proeza física que entraña, sino porque había dos centros médicos a cuatro kilómetros de donde fue atacado».

Las aseguradoras decidieron no abonar la indemnización y el cliente las demandó en los tribunales. Los procesos judiciales duraron siete años. Finalmente, la Audiencia de Castellón reconoció anomalías en el caso. En opinión del juez, describen las aseguradoras, «no quedó acreditado cómo se produjo el atraco ni que este fuera ajeno a la intencionalidad del asegurado». AXA y Generali eludieron así el pago de casi un millón de euros. Además, la investigación ha ganado el primer premio en seguros personales.

Sin mano, sin cobertura y condenado a prisión

El Tribunal Supremo resolvió, hace dos años, uno de los casos más sorprendentes. Un agricultor fue condenado a tres años y medio de cárcel por estafa y a devolver 335.000 euros que cobró del seguro por un accidente que no fue tal. Según la sentencia, en 2007 se amputó la mano derecha con un instrumento cortante para cobrar coberturas pactadas previamente en sus pólizas.

Tras hacerse un torniquete para controlar la hemorragia, condujo su coche hacia el Camino Viejo de Nules a Moncofa y lo dejó caer por un terraplén. Después situó la mano cortada a los pies del asiento del conductor y quemó el automóvil con gasolina. Acto seguido, telefoneó al 112 y se tumbó hasta la llegada de un policía que lo encontró fumándose un cigarro.




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