Buenos días, la noticia que hemos seleccionado hoy pone de
manifiesto el interés que despierta el fraude al seguro entre los delincuentes
habituales. Como hemos comentado en diversas ocasiones, para las bandas de
delincuentes, el fraude al seguro, hace tiempo que se ha demostrado como un
negocio rentable. Parece que uno de los motivos para este interés puede ser el
bajo riesgo para el alto rendimiento que supone estafar a las aseguradoras. Una
de las características del bajo riesgo probablemente sea la falta de
contundencia judicial que existe actualmente para este tipo de delitos. Esta noticia
puede ser un buen ejemplo: Investigan a un grupo de personas por narcotráfico y
descubren que también se dedicaban a otra práctica delictiva como es estafar a
las aseguradoras. Es decir, investigar a un grupo de estafadores de seguros no
es una prioridad y si lo han descubierto ha sido por casualidad.
Otra importante cuestión es la de los profesionales que
participan en este tipo de estafas y que son cruciales para lograr el objetivo
buscado, como abogados, médicos, peritos, etc. que no son sancionados por la
justicia de una forma drástica.
Un saludo
Josu Martínez
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LA LÍNEA
Una investigación por narcotráfico destapó el fraude a las aseguradoras de vehículos en La Línea
La Policía Nacional descubrió la presunta estafa al
investigar a un abogado especializado en accidentes de tráfico, socio de un
bufete y de dos clínicas de rehabilitación
Las pesquisas apuntan a que el narcotraficante conocido como
Wachi, detenido en octubre, financió el bufete para blanquear dinero
Una intervención de la Policía Nacional en La Línea. / Jorge
del Águila
Una investigación relacionada con el tráfico de drogas
destapó la presunta organización criminal que ha llegado a estafar 187.748
euros a compañías aseguradoras por simular accidentes de tráfico. El pasado 14
de julio la Policía Nacional detuvo a siete personas de este entramado, cuyo
principal presunto cabecilla es un abogado de La Línea que cuenta con un
despacho propio dedicado a la gestión de reclamaciones de tráfico y que también
es socio de un bufete de abogados y dos centros de rehabilitación donde las
víctimas ficticias recibían tratamiento. Según la investigación, desarrollada
por la Unidad de Asuntos Internos de la Policía Nacional, el narcotraficante
conocido como Wachi, recientemente detenido, habría puesto dinero en la
creación de ese bufete y puesto al frente al principal investigado para
blanquear dinero. La investigación concluye que este abogado está al frente de
una "organización criminal multidisciplinar", que consideran
responsable de delitos de blanqueo de capitales, estafas continuadas a
compañías aseguradoras de vehículos, falso testimonio y cohecho.
En el escrito de diligencias previas firmado por la titular
del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 de La Línea, que se
hizo cargo de la investigación, la jueza explica que el fraude a las compañías
aseguradoras se destapó después de que la Unidad de Asuntos Internos tuviera
conocimiento el 11 de marzo de 2019 de que dos agentes de la Policía Nacional, junto
al abogado linense y a otra persona más, usaban un trastero ubicado en
Algeciras como guardería temporal de droga. La investigación se tuvo que
interrumpir debido a las extremas medidas de seguridad que adoptaba uno de los
dos policías implicados.
Otro de los agentes, destinado en la Aduana entre La Línea y
Gibraltar, mantuvo diversas reuniones con el abogado entre abril y agosto de
2019. De forma paralela, en junio de 2019, la Comisaría linense recibió una
nota que informaba de que este funcionario aprovechaba su puesto para facilitar
su paso por la frontera a dos narcotraficantes que tenían reclamaciones
judiciales, Wachi y Noé -este último detenido por la Guardia Civil el pasado
noviembre-.
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La relación entre este funcionario y el abogado, sobre el
que existía información desde 2018 por su vinculación con narcotraficantes y la
creación de empresas y obtención de propiedades para ocultar los beneficios
obtenido por el tráfico de drogas, presentó los indicios suficientes para
iniciar la investigación, que recayó en el Juzgado número 3 de La Línea.
El 22 de diciembre de 2019, la Unidad de Asuntos Internos
registró una nueva información procedente de una fuente externa que comunicaba
que Wachi financió un bufete en el que puso al frente al abogado investigado en
el asunto de tráfico de drogas para "blanquear el dinero procedente del
narcotráfico" por medio de las sociedades que dirige.
A raíz de la intervención telefónica los agentes tuvieron
conocimiento de que el abogado dirigía una "organización criminal
multidisciplinar" mediante la que estafaba a las compañías aseguradoras
por simular accidentes de tráfico. La investigación sitúa a esta organización
como responsable de delitos de blanqueo de capitales, estafas continuadas a
compañías aseguradoras de vehículos, falso testimonio y cohecho utilizando una
estructura empresarial que él mismo regenta a pesar de no figurar en alguna de
las sociedades que la constituyen. En esta investigación no se habían recabado
indicios suficientes de los principales sospechosos sobre actividades concretas
de tráfico de droga, apuntaban los agentes, que no descartaban su relación con
el narcotráfico o actos de favorecimiento según se desprende de las grabaciones
de las conversaciones.
El entramado
Además del abogado que dirige el despacho de abogados y es
socio de dos centros de rehabilitación, están presuntamente implicados en un
fraude a las compañías aseguradoras los otros tres socios de estas tres
sociedades (todas con los mismos responsables) y un socio oculto de uno de los
centros de rehabilitación, conocido por sus antecedentes por narcotráfico.
Estas cinco personas formarían el primer nivel de la organización, que se
sirvió de las empresas para derivar a los accidentados ficticios a los centros
médicos y gestionar las reclamaciones.
A través de diferentes sociedades cometían una serie de
estafas a las aseguradoras, alargando el periodo de baja de alguno de sus
clientes, diagnosticando puntos de secuelas inexistentes, introduciendo en los
partes de accidentes a personas que no se encontraban en el vehículo cuando se
produjo, simulando accidentes que nunca han tenido lugar o incluso presentando
a testigos falsos o peritos en causa judicial si la compañía aseguradora les
rehusaba la reclamación por haber detectado algún tipo de irregularidad.
Para ello, en el segundo nivel de la organización había
médicos peritos, mecánicos de los talleres concertados, gestores de centros
médicos y cinco policías locales de La Línea, que se encargaban de dar aviso de
los accidentes para que uno de los socios se personara en el lugar y captar a
posibles accidentados. La investigación apunta a la implicación de una tercera
clínica colaboradora.
En uno de los centros de rehabilitación, en el que es socio
la persona con antecedentes por narcotráfico, trabajan dos de sus familiares
directos y la investigación considera que se encargaban de manipular los partes
de asistencia a las víctimas ficticias y de atribuirles lesiones simuladas.
En un centro médico de Algeciras, su administradora era una
persona de confianza de la organización y se encargaba, según la investigación,
de alterar el periodo de baja de los pacientes o simular su asistencia o
rehabilitación.
Otra clínica situada en La Línea, a la que los lesionados
acudían de urgencia para recibir una primera asistencia y valoración y que no
pertenece al entramado, servía para derivar pacientes para no levantar
sospechas. Según los investigadores, lo hacían con la connivencia de su
gerente.
La organización también contaba con la colaboración de tres
médicos peritos que aseguraban las lesiones con partes oficiales en el caso de
que se judicializasen los accidentes.
También están implicados según la Policía dos talleres, uno
en Algeciras y otro en La Línea, en los que se causaban daños a los vehículos
para asegurarse que superaban la valoración de 600 euros, requisito exigido por
las aseguradoras parea establecer que la lesión ha sido causada por colisión
para obtener la indemnización.
En cuanto a los agentes de la Policía Local de La Línea, han
sido identificados cinco funcionarios con diferente grado de participación. A
cambio de una contraprestación, estos comunicaban los accidentes de tráfico que
se producían durante su jornada laboral para que la organización pudiera captar
clientes. Además, según las pesquisas policiales les facilitaban los atestados
de forma clandestina.
La investigación derivó en la entrada y registro de los
domicilios del principal investigado y uno de los socios, en el despacho de
abogados y en las dos clínicas implicadas y en siete detenciones: los cuatro
socios del bufete y de las dos clínicas de rehabilitación, dos policías locales
y el mecánico de un taller.
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