Buenos días, las vacaciones de verano están olvidadas para
casi todos, la inmensa mayoría estamos hace días con las pilas puestas y es por
ello que hoy no hemos seleccionado una noticia, sino un titular, que hace
referencia a una labor constante de detección de fraude. Se trata del
denominado menudeo, picaresca, fraude blando y otros calificativos que refieren
a la inclusión de daños ajenos con los realmente sufridos en un siniestro. Esa
característica de pequeño fraude es el que hace que no sea relevante como para
producir noticias, pero hoy en su lugar hemos seleccionado un titular como
noticia, porque entendemos que a pesar de no ser motivo de noticia en los
medios de comunicación, si lo debe ser en los foros del sector, ya que diversos
estudios cuantifican entre un 75 y un 85% el porcentaje de este tipo de fraude
sobre el total que se produce en los daños materiales en el ramo de automóvil.
Estamos diciendo por tanto que son muchos miles de siniestros fraudulentos y
por tanto millones de euros que son defraudados todos los años. Aquí una vez
más es donde la labor del perito de seguros toma una mayor importancia, ya que
es prácticamente imposible detectar este tipo de fraude, sin la actuación de un
perito de seguros que pueda determinar en base a sus conocimientos y
experiencia que daños corresponden a un siniestro y cuales no. En realidad es
una de las principales labores que realiza el perito de seguros de automóviles,
pero al no ser normalmente registrado el dato, parece que pasa desapercibido.
Pues no, es importante recordar que sin la figura del perito de seguros, este
tipo de fraude no se detectaría en casi ningún caso y por el contrario es el
perito de seguros quien de una forma normalmente silenciosa (casi nadie parece
enterarse que se realiza) evita que millones de euros sean defraudados todos
los años.
Un saludo
Josu Martínez.
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