viernes, 27 de marzo de 2015

Semana 13

Buenos días, se viene comentando en los últimos tiempos que las tramas profesionales de fraude al seguro continúa en aumento, de lo cual estoy de acuerdo. Existen bandas organizadas que delinquen en distintos tipos de delitos y que en los últimos tiempos se han apuntado al fraude al seguro, a los que hay que sumar los grupos de familiares y amigos que se apuntan a esta moda cada vez más habitual. Como decimos habitualmente, el fraude profesional es más difícil de detectar, pero los cada vez más sofisticados medios de detección con que cuentan las aseguradoras hacen que también aumente la detección de más casos, sumado al siempre fundamental trabajo técnico de los peritos de autos supone que se concluyan cada vez más casos de intento de fraude. La labor realizada por los peritos de autos basada en los análisis de los vehículos, impactos, restos, etc. resulta imprescindible, porque por mucho que se pretenda fingir un siniestro, si este no ha ocurrido realmente de la forma en que se intenta trasladar a la aseguradora, el perito de autos tiene experiencia, conocimientos y métodos para detectarlo y demostrarlo.
 
Un saludo.

Josu Martínez

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La familia que estafa unida permanece unida

Medio centenar de miembros de un clan, imputados por estafar presuntamente a aseguradoras de Autos  


Cincuenta y una personas, miembros de un clan familiar, han sido imputadas por estafa a compañías de seguros durante dos años. El “modus operandi” fue revelado ayer por la Policía Nacional, que ha puesto los hechos en conocimiento de la autoridad judicial en Oviedo.
La trama la revela hoy La Nueva España. Los supuestos estafadores acudían a una compañía de coches de renting para alquilar, durante un día, un automóvil con seguro a todo riesgo. Con el vehículo cargado de familiares salían a la carretera donde sufrían un accidente, planeado previamente, con otro coche también repleto de familiares, propiedad de otro de los miembros del clan. El accidente siempre se salvaba con un parte amistoso y acudiendo a un centro sanitario en el que los pasajeros de los dos vehículos (a excepción del conductor culpable) recibían atenciones médicas por los supuestos daños. Las indemnizaciones por daños cobradas durante estos dos años, unos 50.000 euros, eran repartidas entre los miembros del grupo. Además, tenían pendiente de cobro otros 100.000 euros.
El departamento de Siniestros de una de las compañías informó del caso del Grupo de Delincuencia Económica de la Policía Nacional que tiraron del hilo, descubriendo los lazos de parentesco y amistad de los miembros del grupo, 17 de los cuales tenían antecedentes policiales por agresiones y delitos contra la propiedad.

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