Buenos días la noticia que hemos seleccionado hoy es una más
de las que solemos encontrar relacionadas con el fraude profesional.
Se trata de un fraude organizado con tramas que simulan o
provocan siniestros de tráfico, para después realizar reclamaciones de falsas
lesiones a aseguradoras.
En esta ocasión encontramos incluso una organización
piramidal en la que los involucrados iban buscando otros colaboradores para
cometer nuevos fraudes.
La labor del perito de seguros de automóviles, es
fundamental para detectar los fraudes en los que los siniestros no han sido
provocados, sino que han utilizado vehículos dañados en otros siniestros
distintos a los simulados, la incompatibilidad de daños entre los vehículos y
la falta de coincidencia con las circunstancias de los siniestros hacen que
sean los peritos de seguros, los que consiguen detectar los fraudes en base a
sus conocimientos y experiencia.
Un saludo
Josu Martínez
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Detenidas 32 personas que fingían accidentes de tráfico para estafar al seguro: una agencia de detectives presentó la denuncia
El grupo criminal, desarticulado en Málaga, consiguió indemnizaciones por valor total de 243.800 euros
Se trataba de un fraude continuado por un cúmulo de
accidentes de tráfico ocurridos con regularidad. (Policía Nacional/ Europa
Press)
Agentes de la Policía Nacional han desarticulado en Málaga
un grupo organizado que se dedicaba a la simulación de accidentes de tráfico,
logrando así la obtención fraudulenta de indemnizaciones de compañías de seguro
por un valor que asciende a 243.800 euros. La operación, bautizada como
‘Posto’, ha culminado con la detención de 32 personas, según recoge una nota
informativa de la Policía Nacional.
La investigación surgió a raíz de la denuncia presentada por
una agencia de detectives que, en representación de varias aseguradoras,
detectó partes amistosos de accidentes con signos evidentes de ilicitud. El
equipo especializado del Grupo I de Delitos Económicos de la UDEF/UDEV,
perteneciente a la Brigada Provincial de Policía Judicial de Málaga, asumió la
investigación.
Fraude profesionalizado y falsedad documental
Los agentes pusieron el foco en un patrón reiterado de
siniestros fraudulentos, donde, durante un periodo de ocho meses, se habrían
simulado siete accidentes implicando a personas vinculadas por lazos
familiares, de amistad o vecindad. El entramado operaba seleccionando a los
implicados y gestionando toda la tramitación documental, mientras que otros
accedían a participar y recibían un porcentaje de las compensaciones obtenidas.
La estafa se fundamentaba en dos vertientes complementarias.
Por un lado, los principales impulsores del fraude buscaban la implicación
directa de voluntarios para simular los accidentes. Por otro, esos accidentados
también podían captar a nuevas personas para, de este modo, incrementar el
número de implicados y, con ello, aumentar la suma de las indemnizaciones
reclamadas. Toda la operación se apoyaba en la confección de documentos
normalizados europeos de declaración amistosa de accidente, dotando de verosimilitud
a siniestros que nunca ocurrieron realmente.
Elementos como la ausencia de intervención policial, la
inexistencia de testigos y el uso de vehículos con daños previos formaban parte
del modus operandi. Los involucrados rellenaban partes amistosos sin requerir
la presencia de la Policía Local, quedando así eliminada cualquier posibilidad
de verificación independiente.
En algunos casos, reparaban con cargo a las aseguradoras
desperfectos que ya existían previamente, empleando para ello partes
confeccionados ‘ex profeso’ para la estafa. Esta especialización y
sofisticación llevó a los investigadores a definir la red como “un fraude
profesionalizado y perfectamente orquestado, siguiendo el modelo de las
empresas piramidales”.
Movimientos bancarios y sofisticación del entramado
La dimensión de la estafa llevó a la autoridad judicial a
autorizar el rastreo de los movimientos bancarios de los sospechosos. El
análisis minucioso de las transacciones evidenció cómo las cantidades cobradas
en concepto de indemnización eran inmediatamente distribuidas entre las
distintas cuentas de los participantes, en un reparto progresivo y escalonado.
Imágenes de la Policía Nacional que ha desarticulado un
entramado criminal dedicado, presuntamente, a estafar a migrantes en situación
irregular en España ofreciéndoles trámites falsos de residencia a cambio de
hasta 8.000 euros, utilizando para ello documentación manipulada para simular
arraigos sociales, laborales y familiares.
Paralelamente, los investigadores sometieron a los
implicados a seguimientos discretos para comprobar sus relaciones y actos,
mientras que se analizaba la documentación relativa a todos los siniestros. Se
recibieron datos tanto de las aseguradoras afectadas como de la Policía Local,
empresas de alquiler de vehículos y de seguridad, arrojando luz sobre la
auténtica magnitud de la trama.
Uno de los cambios detectados fue el incremento del número
de ocupantes en cada siniestro, lo que buscaba justificar indemnizaciones más
cuantiosas. Los agentes constataron que el grupo adquirió una confianza
creciente en su actividad delictiva. Los líderes optaron por implicar a
personas de un círculo más amplio, pasando a un segundo plano ellos mismos en
la presentación directa de los siniestros. Esta evolución perseguía dificultar
la vinculación directa con el fraude y multiplicar los beneficiarios.







