lunes, 31 de marzo de 2014

Semana 13

Buenos días, el fraude en la suscripción es un modelo que siempre ha estado a la orden del día y aunque las nuevas tecnologías han permitido un mayor control a las aseguradoras, existen excepciones como la publicada recientemente en el que una familia, defraudaba al lograr el aseguramiento de un mismo vehículo con hasta 55 pólizas en 3 años y medio en 25 aseguradoras, devolviendo el cargo bancario y evitando el pago de la prima, pero esto no evitaba que durante ese periodo de tiempo en el que figuraba como asegurado, fingiera siniestros con daños materiales y personales consiguiendo las correspondientes indemnizaciones. Es evidente que el mecanismo de control y de seguridad para evitar que esto ocurriera ha fallado en varias aseguradoras, lo cual debe ser motivo de estudio por parte de estas aseguradoras para ajustar las medidas necesarias para que esto no ocurra, pero lo más lamentable del caso es que se ha esperado hasta la emisión de la 55ª póliza para que el caso sea descubierto. Aquí si que hay que ajustar el método de trabajo de los departamentos de Lucha Contra el Fraude para que en el menor tiempo posible se denuncie el caso, ya que como se puede comprobar en la propia noticia, han existido Aseguradoras que se conformaban con evitar el pago de la indemnización, limitándose a invitar al defraudador a que acuda al juzgado, en vez de ser la propia aseguradora quien acudiera inmediatamente al juzgado para presentar la correspondiente denuncia.
 
En la Lucha Contra el Fraude la cooperación entre aseguradoras debe estar por encima de los propios intereses, entre otras cosas porque también beneficia a las propias aseguradoras participantes en la cooperación y me estoy refiriendo no a cooperar ahora para ver como recuperan el dinero estafado, como manifiesta el responsable de otra aseguradora afectada, sino a cooperar desde el primer minuto para que esto no hubiera llegado hasta donde ha llegado.
 
Un saludo.                   

Josu Martínez.       
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El coche de las 55 pólizas en tres años y medio


No aparecerá en la próxima edición del ‘Libro Guinness de los Récords’ pero lo de J. E. E. y su Citroën merecería un lugar privilegiado. Entre agosto de 2010 y diciembre de 2013, el Xsara Picasso de este hombre ha estado asegurado, sin desembolsar un solo euro o abonando cantidades mínimas. En total, 55 pólizas contratadas con 25 compañías distintas.
Durante este tiempo, J.E.E. ha figurado, indistintamente, como propietario,  tomador o asegurado, en las diferentes pólizas. Estos cambios habrían dificultado el control del fraude, que le habría permitido repetir en varias compañías (¡hasta siete veces en una de las líderes del ramo!).
Fuentes de una de las aseguradoras que le han tenido como ‘cliente’ explican su ‘modus operandi’: suscripción del seguro (con pago de prima mensual, trimestral o semestral) y devolución del recibo, aprovechando el plazo legal estipulado para los adeudos bancarios. Por ello, el alta y baja del seguro, en la mayoría de los casos, consta en la base de datos como producida en la misma jornada.
Cobro de indemnizaciones
Además, en el periodo desde que se contrata el seguro hasta que se devuelve el recibo, J.E.E. aprovechaba para declarar siniestros. En buena parte de los casos eran daños materiales a otros vehículos, para lo que habría llegado a presentar facturas de talleres mecánicos supuestamente inexistentes. En otros, se han declarado daños personales. “En una de las ocasiones atropelló a una persona que, ‘curiosamente’,  es el tomador de una de las pólizas previamente contratadas para ese mismo vehículo”, confirma al BDS uno de los responsables de lucha contra el fraude afectados por este ‘hiperasegurado’. “Y lo tiene muy asumido. Cuando nosotros le llamamos para decirle que no solo no le íbamos a cubrir el siniestro sino que íbamos a dar de baja el seguro, prácticamente ni rechistó. Dijo que lo hablaría con su abogado. Le dijimos que lo hiciera y así llevaríamos al juez su historial. Y no supimos más de él”, confirma esta misma fuente.
Todo parece indicar que estaríamos ante la punta de un iceberg, una red de fraude organizado que giraría en torno a una familia, cuyos miembros y allegados figurarían en los diferentes siniestros como beneficiados. “Nosotros estamos estudiando cómo actuar legalmente. Al menos, queremos recuperar la indemnización”, concluye el responsable de detección del fraude. Quizás, con una acción coordinada de todas las aseguradoras implicadas, podrían conocerse las verdaderas dimensiones de este supuesto delito.
Un último dato de esta rocambolesca historia: el turismo aparece en el registro de bienes muebles como embargado.

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